Coleccion #36

FILETE DE LOS PORQUÉS Vivo por consecuencia del pacto de mi madre, existo a través de las paredes del espanto, me envuelvo en el rocío inmundo del negocio de ser un aparato loco que trabaja, que obedece y actúa por inercia. Me aparejo de la verdad incierta de verme escondido en la cortina de todo lo que pasa y de no soportar preguntarme lo que ignora mi cerebro. Soy un verso perdido en el eslabón incipiente del siglo que rige. Ya pasé por París, abordé los cruceros del Atlántico y tuve razón cuando conté mi historia. He buscado en algún lugar la duda que se atravesó cuando nacía tras un atardecer crepuscular; estaba hervido en la manera de ver un mundo diferente al del muro de Berlín. En eso está la simpatía del Vaticano, en ser fiel, aunque no se sienta. Son demasiados los porqués que se entretienen haciéndome bulto en la cabeza, mientras escapo en hallar el filete, la parte húmeda y verdadera de andar despierto por el camino que alguna vez quise transitar y hoy tarde ya, hallé casi mis suelas desgastadas en vano. Me ahorqué con las fibras del filete y las cuerdas de los porqués, sin circular ni recoger la respuesta que buscaba en esta tertulia trastornada que sobrevivo a diario.